jueves, 23 de junio de 2011

LOS CHICOS ESCRIBEN


“La mirada de los ojos azules”
Autora: Florencia Politano

Esta es mi autobiografía desde el día 15 de febrero hasta el 2 de marzo del presente año.
A la hora 15:00 del día 15 de febrero me dirigí hacia la inmobiliaria, con el fin de comprarme una casa. Al llegar allí, me mostraron varias opciones, al fin me decidí por la más amplia, en mejor estado, confortable y económica: “El Alma”. El vendedor me observaba fijamente, con una expresión extraña, no lo comprendía. A partir de este momento mi vida cambio por completo…

Días después, el agente inmobiliario me llevo a conocer mi futuro hogar. –Es mucho más grande que lo que muestra la fotografía- comente. El hombre me miro y sonrió indiferentemente, y sin decir nada volteo la cara, ingresamos a la vivienda me mostro todas las habitaciones y el resto de los ambientes menos el altillo y el sótano, me dijo que los dueños anteriores tenían algunas pertenencias que luego vendrían a retirar, me reitero que no valla allí por ningún motivo. -¿Cuándo vendrán?- le pregunte, -la semana próxima calculo- me observo y esbozo una sonrisa sarcástica, me llamo la atención, me pareció que sabía algo y me lo ocultaba, a parte de su actitud, la casa tenia cuadros por todos lados, en todos ellos la misma mujer, con algunas diferencias que hacía a cada una de ellas únicas. Las pinturas reflejaban a una mujer muy bella en todo el esplendor de su desnudez y tan solo cubierta con un cobertor de seda, la mirada de esos ojos azules, perdida en el abismo su cuerpo extremadamente delgado. Aquellas que observaba eran una obras tan majestuosas que perturbaba el pensamiento y me llenaba la mente de intrigas.

Finalmente después de observar detenidamente la casa me decidí a comprarla, al entregarle el cheque al vendedor me sonrió, me dio las llaves y se marcho.

Una semana después comencé la mudanza, organice una fiesta de inauguración con amigos, compañeros de trabajo mi madre y mi hermano. En plena fiesta, en el salón principal, alrededor de las 3:45 a.m. mirábamos una película  de terror cuando de pronto, el cuadro que estaba colgado sobre la chimenea se desplomo contra el suelo provocando un gran estruendo y quebrándose en mil pedazos, al estar todos tan concentrados en la película todos dimos un grito de exaltación por el temor sentido.

Cuando logramos calmarnos encendí la luz, apague el televisor y comenzamos a contar anécdotas del trabajo, luego de esto sumadas unas bebidas cada uno se fue por su lado. Al irse todos comencé a juntar los trozos del cuadro, grande fue mi asombro cuando en su interior encontré una carta, decía lo siguiente…
”Yo la mate, el hecho de que me engañara era suficiente, no pude contener mis celos ni mi impulso de venganza, no podía hacerlo con un arma, su cuerpo era demasiado bello para herirlo, solo la desvestí y quite todo lo que pueda herirla y la encerré en el sótano, ella se rehusaba a comer , creo por miedo a que la envenenara , y al pasar los días murió de hambre, no podía creer, estaba muerta, entonces entre al sótano le pegue, le grite, pero no reacciono. Me pase los últimos momentos de Angelina, antes de que observara su forma original fuera inútil, retratando su bella figura una y otra vez, hasta que quedara perfecta, pero no lo conseguí. Creo que mi obsesión  por ella me venció, y me obligo a confesar, ni siquiera se porque lo hago, es absurdo tan solo pensar que alguien va a leer esta historia…

                                                              Richard Kunstler

No podía creer lo que estaba leyendo, me dirigí  hacia el sótano, al acercarme sentí un olor muy extraño y al entreabrir la puerta, observe un cadáver, inmediatamente cerré la puerta y me dirigí hacia la central de policía. Cuando llegue, fui a comentarle directamente al comisario, el que parecía nada asombrado, no me permitió hacer la denuncia, y me pidió explícitamente que lo llevara al lugar del crimen,  y allí fue cuando cometí el peor error de mi vida, sin mencionar que su nombre era Richard Kunstler. 


                                                                               Fin



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